A ti amor te dedico estas palabras, simples sentimientos que mi alma anida, porque solo tu los alimentas, tu haces que me sienta bien querida.
Créeme, es tanta la alegría que despiertas en este tibio cuerpo, que no hay temporales ni hay vientos que puedan enfriar a tus abrazos, que si hay lagrimas son de gozo y si hay reproches son solo gula.
Siento que me consientes demasiado siempre estando en el lugar querido, en el justo tiempo cuando lo he deseado, saciando mi apetito te he tenido
Es cosa de mujer y tu lo sabes, eso de rechazarte porque espero, que en tu vuelta se agiganten las pasiones y soy capaz de no hablarte, sabiendo que provoco en el enojo, emociones que al reencontrarnos convierten lujuriosas las acciones, que saben de memoria nuestros cuerpos salados, desbocados, entre las cuatro paredes de mi cuarto.
Me da celos pensar que no me piensas, y que pueda distraerte quien no vale o te haga reír pues te entretiene, que elijas un lugar sin mi presencia que sientas un poquito de alegría, que algo te provoque algún deseo o de alguien que no sea mi compañía.
Cuando te veo llegar por la ventana, se de hacerte esperar con la codicia de que sientas tu amor desesperar, para que tengas sed de mis caricias
Cada vez que te digo, hoy no es el día, gozo sabiendo que al ceder provoco aquella reacción que yo quería
No te enojes, soy una consentida, que estoy mal acostumbrada, ya lo se, y que también estoy hecha a tu medida